Los campos de minas se colocan, por lo general, para retrasar el avance del enemigo, para desviarlo de su camino, forzándolo a penetrar en zonas más fáciles de defender, o para hostigarlo causando muertos y heridos en sus filas.
Por desgracia, hay que admitir que a veces se han utilizado minas antipersonal para impedir que la población civil abandone una región o para prohibirle el acceso a las zonas agrícolas y ganaderas, minando las tierras de cultivo, los pastos y los arrozales.
Existen muchísimos tipos de minas antipersonal, desde el artefacto más rudimentario, a veces de fabricación artesanal, hasta el modelo más complejo con dispositivos electrónicos de temporización, de montaje y de encendido. Sin embargo, exceptuando algunos tipos de minas muy especiales, éstas pueden clasificarse en tres categorías principales:
- minas antipersonal que producen onda de choque;
- minas antipersonal de fragmentación (estáticas o saltadoras);
- minas antipersonal direccionales de fragmentación.
Los explosivos empleados para las minas son, con pocas excepciones, de tipo clásico. Se trata principalmente de derivados nitrados, como el TNT (trinitrotolueno o tolita, que forma parte de otros varios explosivos, como el amatol, la pentolita, la composición B, etc.) el ácido pícrico (trinitrofenol o melinita), el tetrilo, el PETN (tetranitrato de pentaeritritol) y el RDX (ciclotrimetilenotrinitramina), dos de los explosivos más violentos que se conocen, por solo citar los más comunes.
1) Las minas antipersonal simples, que producen onda de choque están constituidas por una caja, por lo general de plástico, que contiene una carga explosiva, un detonador y un dispositivo disparador. Puede tratarse de un sistema accionado por presión (la presión necesaria para hacerlas explotar varía entre 2 y 6 kg), mediante tracción con alambres trampa o de otro tipo.
Estas minas suelen ser pequeñas y muchas veces pesan menos de 100 gramos. Con todo, tienen una potencia suficiente para causar heridas muy graves (pies y manos despedazados). El efecto de la onda explosiva proyecta en los tejidos adyacentes y, a menudo, hasta muy lejos de la herida principal, fragmentos, suciedad y otros residuos, que pueden provocar infecciones graves, incluso gangrena. Por último, la onda de choque provocada por la explosión de la mina también puede destruir los vasos sanguíneos de la parte superior del miembro herido.
2) Las minas antipersonal de fragmentación:
2.1) de tipo estático están constituidas por una carga explosiva dentro de una envoltura metálica o de plástico, en la que hay esferas de acero o fragmentos metálicos de forma cúbica o cilíndrica con aristas aceradas. Según los tipos de minas, el número de fragmentos puede oscilar de algunos cientos a más de miles y su velocidad inicial puede alcanzar más de 1600 m/s. Estas minas pueden accionarse por medio de un dispositivo parecido a los utilizados para las minas de onda de choque, es decir, por presión o mediante alambres, pero también por medio de dispositivos electrónicos, con captadores sonoros, magnéticos o sísmicos, barreras de rayos IR u otros. El detonador hace entonces explotar la carga, proyectando fragmentos hasta 40 metros de distancia. Según algunas de las fuentes consultadas, el radio letal, que depende de la importancia de la carga explosiva y del tipo de fragmentos, puede alcanzar 15 y hasta 25 metros.
2.2) de tipo «saltadora» funciona según el mismo principio, pero explota solamente tras haber sido proyectada a una altura de 0,8 a 1,50 metros. En este caso, el sistema disparador, en general a tracción por medio de alambres trampa o cualquier otro dispositivo apropiado, desencadena una primera explosión que proyecta el cuerpo de la mina a la altura deseada (entre 0,8 y 1,50 metros), donde explota la carga principal. El radio letal es, por lo general, parecido al de la mina estática, pero, al explotar a una cierta distancia del suelo, la cantidad de fragmentos que alcanzan el objetivo aumenta considerablemente. Estas minas aparecieron durante la II Guerra Mundial y no han cesado de desarrollarse desde entonces.
3) las minas personales direccionales de fragmentación (llamadas también «de efecto horizontal») son minas de fragmentación construidas para que los fragmentos se proyecten en una dirección determinada, en un sector de unos 600. Este tipo de mఇన్స్ antipersonales se coloca generalmente a ras del suelo, sobre un trípode, pero también puede fijarse al tronco de un árbol o en cualquier otro tipo de estructura adecuada. Para accionarías pueden emplearse todos los sistemas habituales, alambres trampa, barrera de rayos IR, mando a distancia, etc. Según los modelos, el número de fragmentos, constituidos por pedazos de metal afilados y bolas de acero, puede variar entre 700 y 1500, o incluso más. Tienen una longitud o diámetro de 4 a 6 mm y pesan entre 0,5 y 6 gramos. También en este caso, según la importancia de la carga y el tipo de fragmentos utilizados, la distancia de eficacia (distancia letal) es del orden de 50 a 100 metros, pero puede llegar a 150 metros en cientos modelos.
Entrevista a Wilfredo Ardito Vega, responsable del área de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de APRODEH.
Un año más
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A estas alturas no es que los años pesen, sino que se sopesan. No es como
de los diez a los 19, que pasan lento y uno quiere contrariamente que pasen
rápid...
Hace 13 años
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